miércoles, 15 de febrero de 2012

¿Lo estaremos haciendo bien?



Nunca se sabe si realmente cuando actuamos de forma tan convencida lo estamos haciendo correctamente. He de decir que, uno llega a rozar la felicidad cuando actúa de manera segura y poniendo en práctica sus valores e ideas. Tendemos a rodearnos de conformistas que siguen una serie de personalidades que guían de modo inconsciente su camino. Qué fácil es dejar que nuestras vidas transcurran tal y como, generación tras generación, han ido transcurriendo las demás. La idea es hacer lo que un día me dijeron que debía hacer, en qué momento y con qué tipo de gente. 

Pero hay otro tipo de gente, otro tipo de personalidades, que buscan algo más. Que cuando les marcan una pautas de futuro, unos modos de vida para el día de mañana, deciden crear su propio mapa para el camino. No están por la labor de ser marionetas, no son capaces de dejarse llevar por una rutina que no piensa realmente en lo que hacen, o que quizás sí, pero no buscan el cambio de lo establecido. Suena esto a algo anarquista, y en absoluto. Si esta gente quiere modificar los hábitos establecidos es por que quieren crear cosas nuevas, descubrir algo innovador que nadie lo haya conocido antes y sobretodo, quieren conseguir una felicidad creada de manera personal, habiendo construido un futuro único. 

Querer el cambio es tener una actitud rebelde, guerrera y luchadora. Conseguirlo es quizás un objetivo o algo milagroso. Pero... ¿Intentarlo? eso es algo fundamental. Cuando la gente que tiene la misma idea en su cabeza, el mismo proyecto, se junta, es cuando ese proyecto le ve las orejas al logro. Hoy he aprendido algo, y es que aparte de que las cosas solo se consiguen mediante el trabajo, las tardes de frío y lluvia se convierten en algo imprescindible. 


sábado, 11 de febrero de 2012

Educación


La madurez es una capacidad que está al alcance de todos. Aunque nos eduquemos en un entorno parecido o compartamos las mismas reglas, no todos podemos conseguir llegar a ser maduros algún día. No cabe duda que la parte fundamental de nuestra formación es la infancia, los años en los que como niños soñamos y jugamos con las ilusiones. Es ahí donde somos seres manipulables y fáciles de moldear. Otra parte fundamental de cómo nos criemos es la mentalidad, los valores que tengan nuestros padres y cómo dediquen su tiempo en nosotros. Su forma de educarnos y que es lo que está bien o lo que está mal para ellos. A pesar de los problemas que haya en una familia, de las cosas que puedan influirnos, nosotros mismos tenemos una gran responsabilidad en lo que seamos y en lo que lleguemos a ser. 

Echar en cara a tus padres que tienen gran parte de tus desgracias y que si te hubiesen dado una mejor educación no hubieras salido así, es verdaderamente absurdo. Ellos nos crean con sus mejores intenciones, dándonos en cada momento lo que está en su mano. En esto consiste la madurez, en ser responsable de lo que somos y de cómo nos comportamos. No me considero una persona realmente madura, pero si sé desde hace tiempo valorar lo que me han dado y he sabido que mis actuaciones buenas o malas, han sido fruto de mi persona. La vida nos va enseñando muchas cosas que gracias a éstas vamos aprendiendo y siendo conscientes de lo que nos rodea. 

Los grandes baches nos dan lecciones de vida, no volver a cruzarnos con ellos o por lo menos, sabes esquivarlos, son detalles que aprendemos a base de tropezarnos. 
Que seamos maduros o no, depende de nosotros mismos. Que actuemos de una manera o de otra, depende de nosotros mismos. Al igual que cuando nos equivocamos, eso también es cosa nuestra. 

jueves, 2 de febrero de 2012

Infancia




Hay tantas amistades como personas falsas en el mundo. Nos codeamos con la élite de la mentira y con la burguesía de la sinceridad. Tanta mezcla de personalidades crean una desconfianza, que cuando conoces a personas normales se convierten automáticamente en diamantes en bruto. Valoramos gente natural, que mostrando sus defectos y manías nos convencen desde el primer día. Que diferente situación la de intentar sacar un tema con una persona y sentir que el tiempo vuela cuando estás con otra.


Tendemos a llamar amigo a cada ser humano que comparte un momento con nosotros, pero ¿Daríamos la vida por éste? ¿La darían por nosotros? 
Nos rodean amistades especiales, gente conocida, compañeros, y en muchas ocasiones, estos grupos de personas están por conveniencia. Nos escuchan, comparten nuestros días y nuestro humor. Pero hay una gran diferencia, y es que, nuestros amigos de verdad conocen nuestras malas caras, saben si todo va bien o si algo falla con solo mirarnos. Esos amigos de verdad de los que hablo están a nuestro lado por lo que somos, no por lo que tenemos. 

Londres




Formamos parte del mundo. Nos metimos en la masa el primer día que nacimos. Recorriendo los pasos que ya estaban marcados, fuimos descartando ideologías y profundizando en pensamientos. No somos culpables de ser en muchos casos, uno más, simplemente no nos comemos la cabeza por salir de ella. El que destaca lo hace de forma personal, ha sabido salir de esa heterogeneidad por sí solo, obedeciendo a sus creencias. 


Nos han enseñado desde hace ya mucho tiempo que nuestro objetivo debería ser conventirse en alguien único, alguien que destaque, alguien digno de admirar. Y es algo con lo que estoy de acuerdo. Deberíamos tener el objetivo de ser alguien digno de admirar por nuestro trabajo, por nuestra manera de tratar al entorno. Alguien que destaque por su forma de ser, su sensibilidad o su honestidad. Logrando ser alguien único después de conseguir superar nuestras metas a nivel humano. Para vosotras, que sois la luz de una mañana de invierno, os recuerdo que habéis logrado todos estos objetivos.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Comienzo



Buscamos ser originales en cada uno de nuestros textos. Buscamos innovar e intentar persuadir a un público que siendo fieles o no, dejan caer su atención en nuestras palabras. Intentamos transmitir lo que sentimos de una manera amplia y extensa. Tras estos objetivos e intenciones hay muchos baches, pero se trata de expresarse de una forma atractiva, poder describir experiencias que coincidan con las del resto y contar anécdotas que hagan evadir al lector de su rutina. 


Cuando escribimos, dejamos que nuestra imaginación junto con nuestras vivencias se conviertan en historias memorables. Nos dejamos llevar de manera descontrolada, solo sentimos, reflexionamos y escribimos. Lo que quiero transmitir a partir de este rincón es cada cosa destacable que suceda en mi vida. Describir a la gente de mi entorno y fotografiar los detalles que me rodean. Del mismo modo que escribo esto, tenéis la opción de leerlo o no. Solo recomiendo que cuando algo no os interesa, no perdáis el tiempo haciéndolo, nuestro tiempo es tan valioso como corto. 

Seguidores